Ayer di el paso. La vida se ha convertido en una larga espera y, de repente, me di cuenta de que para algunas cosas no hace falta esperar. En ciertas facetas de mi vida todavía tengo el control.
Tal como están las cosas, aunque no sea lo que yo deseaba, es la mejor de todas las opciones… Autopublicamos. No, no pienso caer en la trampa de la coedición, ni pienso seguir esperando esas respuestas prometidas de editoriales al uso. Vanity Press, lo llaman, impresión vanidosa. No tengo problemas con ello. Soy vanidosa, y creo en mi novela. Sé que os va a gustar.
Dentro de nada podré(mos) manosear al fin Un Mar de Cristal. Y, como lo prometido es deuda –aunque me reitero, no soy buena con eso de las promesas- todos los que habéis participado de alguna manera en la difusión de Lejos del Miedo como medio de publicidad, recibiréis en breve vuestro regalo: el primer capítulo de la novela (que no se corresponde con el publicado junto a Lejos del Miedo). Eduardo, para los que fuisteis conejillos de Indias no tengo nada pensado, pero algo se me ocurrirá.
Como no quiero dejarme a nadie, si habéis participado dejadlo patente. Ya sabéis, comentario, correo electrónico, sms, muro de FB, señales de humo,… cualquier medio que consideréis oportuno.
Os iré contando más detalles. Gracias a todos.