miércoles, 28 de marzo de 2012

Ya no hay vuelta atrás

¿Cuántas veces se puede leer una novela antes de repudiarla? La leo y la releo y siempre encuentro fallos. Algunos de maquetación, eso es inevitable, y otros propios. ¿Cómo es posible que, después de haberla escrito y rescrito, haberla leído y releído, haberla corregido y pasarla para que otros también la corrigieran, siga habiendo errores? Como dice Eduardo, si lees y relees un montón puede llegar a parecerte absurda. Y yo ya estoy llegando a ese punto, al punto en el que empiezo a dudar de la consistencia de la historia incluso. Crucemos los dedos y confiemos en que todo esté bien porque… ¡por fin he dado el ok a la galerada!
Ahora a esperar a las pruebas de la portada, ¡qué nervios!

lunes, 12 de marzo de 2012

Mi proceso creativo-creador

Caos. Así lo definiría si solo tuviera solo una palabra. Siempre hay un principio, pero no tiene por qué ser el comienzo. Y casi nunca hay un final. La historia crece a su manera y el final aparece cuando quiere, muchas veces tras meses de desesperante búsqueda. Lo único que está definido desde la palabra uno es la personalidad del protagonista. Pero hasta eso cambia, evoluciona, como la vida misma.
Escribo si me apetece y lo que me apetece. Conmigo no funciona eso de primero el uno y luego el dos. A veces el uno se queda a medias porque el dos me está pidiendo atención y, antes de que me dé cuenta, aparece el tres desplazando al uno y al dos. Es más, el uno, mi uno,… A veces pienso que nunca verá la luz.
La biografía juega un papel importante en el proceso. Nada surge de la nada, así que tomo prestadas partes de mí y de otros, las transformo, las disfrazo, las coloreo,… hasta que solo queda la esencia y únicamente yo soy capaz de desentrañar la verdad.
Luego llega el proceso de aglutinamiento, de definición, de llenado de huecos y desarrollo de situaciones. Hasta ese momento la historia es solo mía y para mí. Yo la entiendo, pero hay que darle forma para que los demás también lo hagan.
En ese momento la escritura deja de ser algo personal. Se inicia el proceso de descifrado, necesario para que los demás tengan acceso a la historia, para que los demás entiendan lo que yo entiendo sin necesidad de palabras de más.
También hay que pulir otros aspectos. Yo soy de naturaleza escueta, y eso a veces juega en mi contra. Así que debo esforzarme por cuidar descripciones, situaciones, pensamientos,… Darle un contexto firme, una red de sustento, una profundidad.
Es además momento de homenajes, de guiños, de pequeños detalles hilados entre la trama y la urdimbre que solo el destinatario recogerá como regalo.
Por último, con la novela ya completa, falta la última vuelta, la que yo llamo “meter paja”, para alargar el trabajo de lectura, para que la historia no se escurra como agua entre las manos, para que el rato sea más rato y menos momento.
Escribir es algo íntimo y personal, pero que implica trabajar para los demás. Porque sin lectores el que escribe no lo haría.
Así que, sí, mucho de la escritura es para y por los demás. Porque, a la pregunta de ¿qué esperas tú de esta novela? La respuesta es clara: que me lean.