martes, 7 de febrero de 2012

Exámenes de febrero - Microrrelato

El examen de Drogodependencias… ¿cómo una asignatura a priori tan interesante podía convertirse en uno de los mayores bodrios de la carrera? Y encima apenas había estudiado. Tampoco le hacía mucha falta, la verdad, era una chica con suerte. Con echarle un vistazo a los apuntes le valía para retener lo suficiente.
Pero es que ni siquiera había podido echar ese vistazo. Se había pasado las horas con la mirada perdida más allá de las líneas que hablaban de derivados mórficos, dependencia psicológica, historia de la adicción o efectos de la cocaína, perdida en la imagen de aquel amor que la arrasaba por dentro.
Su sonrisa. Sonreía con los ojos, y se formaban alrededor de ellos esas deliciosas arrugas de felicidad que a ella le encantaba acariciar. Quería pasar cada segundo de su existencia hundida en esos ojos… Pero ese día tocaba examinarse.
Era una fría madrugada de febrero. Sentada en la mesa de la cocina con su vaso de agua y su cigarro hacía tiempo mientras esperaba la hora de salir y coger el primer autobús. Le gustaba llegar con tiempo a la Universidad, echarse unas risas con su querida Nora antes de entrar al examen y así relajarse en la medida de lo posible. Durante unos instantes pensó en lo irónico de la vida: lo mejor que le había pasado nunca llegaba en el peor momento, justo en mitad del período de exámenes. ¡Así no había quien se concentrara!
Alguien pasó al otro lado de la ventana silbando. Le hizo gracia. Alguien a esas horas compartía con ella ese estado absurdo de felicidad que te lleva a canturrear a pesar de haber dormido poco o menos, a pesar del examen, a pesar del frío,… El silbido no se apagó. Por un momento pensó… pero no podía ser… Corrió a la puerta.
Allí estaba él. Sonriendo a pesar de haber madrugado. Ahora todo sería más fácil, hasta el examen.

4 comentarios:

  1. !!Hola Vir,buenos dias!!

    Es hermoso cuando el amor te alcanza en la misma medida,los pasos siempre seguiran el mismo camino para darte el encuentro.
    Un precioso microrelato y un final fantastico.Me ha gustado muchisimo.

    Besitos Vir.

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  2. Así que fue a verla el día del examen, se debía sentir culpable por no dejarla estudiar el día anterior ;-P jejeje

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  3. ¡Qué grande es ese estado en el que tu corazón salta y acelera cuando oyes a la persona en que piensas!

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  4. Lady Celeste, preciosos corolario, le das el broche final al relato. Un besazo, muaks!!

    Edu, ¡jajajajaja! Pues no te lo puedo confirmar, pero estoy segura de que tus pensamientos no van desencaminados, ;))

    Rubén, y más grande aún que lo siga haciendo, ¿verdad? El mejor momento del día, oír las llaves al otro lado de la cerradura.

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