LdM en Ámbito Cultural

Entrevista de Rubén Sáez para Ámbito Cultural.

Ámbito Cultural: Este es tu primer libro publicado. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Virginia Pino Cózar: Alucinante, de principio a fin. Supone ver un sueño cumplido, sentir el apoyo incondicional de todos los que me quieren, por no hablar de la buena recepción de la novela. La presentación del libro fue uno de los días más felices de mi vida. Nunca lo olvidaré, ni tampoco a todos los que han compartido mi camino. Solo tengo palabras de agradecimiento.

AC: Vivimos un nuevo boom de los productos relacionados con los vampiros, más potente incluso que el provocado en su día por la obra de Anne Rice y su adaptación cinematográfica. Tu libro se adhiere felizmente a este fenómeno, a obras que, como Déjame entrar, Crepúsculo o True Blood, están cosechando un éxito importante. ¿A qué se debe esta atracción por los vampiros?
VPC: El fenómeno Bestseller es así. Y no hay público más fiel que el adolescente. Algo similar pasó con la saga de Harry Potter y, en otro rango de lectores, con El Código Da Vinci o la saga MIlennium. Cuando algo te gusta, quieres más. Y siempre hay quien aprovecha el momento, quien se inspira en las obras de éxito, oquien, como yo, tiene la suerte de coincidir en el tiempo.
En lo que a mí respecta, la primera vez que leí Drácula me produjo una profunda impresión. Es una novela genial, un clásico que debería estar presente en todas las bibliotecas. En todo caso, creo que siempre he sentido cierta atracción por los seres oscuros. Me atrae mucho el enfoque de la versión cinematográfica de Coppola, ese ser atormentado por el amor perdido con el que se convierte al villano en héroe trágico. No hay personaje más atractivo. En fin, lo fantástico de escribir es que, cuando no encuentras más que leer, puedes crear tu propia historia, y así poder seguir disfrutando de ese personaje-tipo que tanto te gusta.

AC: Sorprende el tratamiento por el que has optado en Lejos del Miedo. No ya porque se trate de un libro para niños, sino por la existencia de personajes fuera de su rol habitual en un relato de vampiros. Me refiero en concreto al cura del pueblo, el único personaje que ayuda al vampiro, lo que no deja de ser inusual.
VPC: No quiero hacer apología de la religión pero, cuando me asaltaron las primeras dudas sobre la autenticidad del catolicismo, me di cuenta de que algo no iba nada bien dentro de la Iglesia. Han olvidado algo muy importante, quizás lo más importante de todo, el mensaje de "y al prójimo como a ti mismo". Es muy fácil querer a tus padres, a tu pareja, a tus amigos, pero el prójimo es también el drogadicto del parque, el vecino que nos hace la vida imposible, el político que no nos gusta nada o el familiar con el que llevamos años sin hablar. El padre Francisco representa lo que, a mi entender, debería ser la Iglesia: justa, buena, dispuesta a ayudar a los más necesitados.

AC: Otro aspecto interesante es la localización de la historia, nada menos que en Galicia, una tierra famosa por su apego a las tradiciones y las leyendas. ¿Por qué Galicia? ¿Cuál es tu relación con ella?
VPC: Galicia, y muy en especial Tui, son para mi fuente de inspiración. Mi familia paterna es gallega. Toda la vida he pasado las vacaciones allí, y sigo haciéndolo. Es el lugar donde cargo las pilas, donde encuentro la magia y recupero la inspiración. Los bosques sombríos, las rías profundas, las casas de piedra llenas de historia y de historias, el mar… sobretodo el mar. Sentarte en la playa con la montaña a tu espalda, y recrearte en los sentidos… La tierra de las meigas me pareció el punto de partida ideal para una historia de vampiros.

AC: Da la sensación que la historia permitiría un libro más extenso, incluso podría dividirse en varios libros independientes, quizás con el personaje de Gabriela como hilo conductor. ¿Tienes pensado ampliarla? ¿Qué planes tienes?
VPC: He recibido muchas "quejas" (siempre cariñosas, espero) sobre la poca extensión de la obra, pero creo que era algo necesario. Si la novela hubiera sido más extensa también lo hubiese sido el precio, y eso podría haber supuesto un escollo a la hora de venderlo. Sé que muchos de mis amigos, que luego se han sorprendido gratamente, lo compraron únicamente por lealtad. Si el desembolso hubiese sido mayor igual se lo habrían pensado. Mi meta es que lo lea el mayor número de gente posible.
De todas formas, la segunda parte, Un Mar de Cristal, ya está prácticamente terminada, pero por ahora no voy a adelantar nada más. Además, hay alguna que otra historia de temática muy diferente que espero que vea pronto la luz.

AC: A través de tu blog existe la posibilidad de obtener un capítulo extra de Lejos del Miedo. ¿Se trata de una iniciativa posterior a la edición del libro?
VPC: Lo que yo envié a las editoriales fue Luna Negra, la primera parte de Lejos del Miedo. Después, con el proyecto de edición sobre la mesa y como era una historia muy corta, me pidieron algo más. Barajé distintas posibilidades: ampliar la historia sin tocar el argumento, completar con otras historias cortas sin conexión con Luna Negra, añadir un glosario… La historia de El Heredero llevaba un tiempo rondándome y me pareció que podía encajar muy bien, así que me decidí.
Stephen, mi marido, es la única persona de mi círculo que leyó la novela antes de ser editada, y parte de la idea fue suya. Él me sugirió que a la historia le faltaba algo. Pero la maquetación ya estaba hecha, y cambiarlo todo iba a suponer un mayor retraso, mayor coste, así que se me ocurrió que ese "algo" que le faltaba podría ser un premio para aquellos lectores que compartiesen mi opinión. Siempre he sido bastante vanidosa, y cada vez que alguien entra en el blog y me dice lo mucho que le ha gustado se reavivan en mí las ganas de seguir escribiendo.

AC: ¿Cómo abordas el proceso de escritura? ¿Escribes con un plan estricto o dejas espacio para la improvisación?
VPC: Primero escribo en mi cabeza y poco a poco voy plasmando las ideas básicas en el cuaderno que siempre me acompaña. Muchas veces la historia original tiene poco que ver con el resultado final porque, a medida que surgen las ideas, estas exigen que se modifiquen elementos que ya estaban escritos. Cuando finalmente me pongo a escribir soy un poco caótica. Lo hago en el ordenador, en hojas sueltas, en el cuaderno… Luego tengo que juntar todos esos pedazos y armar el puzle. A la hora de encajar las piezas siguen surgiendo modificaciones, incluso en la lectura global. Son los personajes los que mandan, ellos tienen su propia personalidad y muchas veces toman decisiones por su cuenta.

AC: ¿Cuáles son tus autores malditos, tus libros de cabecera, tus referentes literarios?
VPC: Leer, al igual que escribir, es una necesidad. El amor a la lectura se lo debo a mi madre. Con ella, y de la mano de Michael Ende aprendí a leer. Jim Botón y Lucas el Maquinista es mi libro de referencia. No hay año que no lo lea. Me pasé la infancia devorando los cómics de Tintín y Érase una vez el Hombre, y también los libros de Enid Blyton: las series de aventura y misterio, las de los internados de Santa Clara y Torres de Malory… También libros de Barco de Vapor como El secreto de la Alameda, De Profesión Fantasma o La Princesa de los Elfos. Todavía hoy los conservo, junto a los hermosos cuentos que nos regalaban mis padres.
De ahí , claro, pasé a la literatura adulta. Mis gustos son de lo más ecléctico, desde la literatura fantástica (El Señor de los Anillos, Añoranzas y Pesares), al teatro clásico, del que soy capaz de recitar de memoria los versos de La Vida es Sueño. Hay más, como Rosamund Pilcher, o ensayos de filosofía o divulgación científica como En Busca de Espinosa, de Antonio Damasio, uno de los libros más interesantes que he leído en los últimos tiempos. No puedo dejar de mencionar a los grandes clásicos del romanticismo: El extaño caso del Doctor Jekyll y Mister Hyde, Sherlock Holmes, El Retrato de Dorian Gray, El Fantasma de Canterville y otros cuentos de terror de Wilde o Poe. Y, por supuesto, Gustavo Adolfo Bécquer y la melancólica Rosalía de Castro. Como a cualquier escritor, me apasiona la lectura. Jamás dejo un libro sin terminar, releo, leo varios a la vez y en mi bolso siempre encontrarás alguno. Ahora mismo, Pepita Jiménez.
Aún así, tengo dos espinitas clavadas que me avergüenzan. Uno de los libros que más me ha costado leer es Cien años de soledad y todavía no he leído El Quijote.

AC: Al contrario que en los países anglosajones, en España la literatura infantil y juvenil no tienen el reconocimiento de la literatura, digamos, para adultos. ¿A qué crees que se debe?
VPC: En España no se enseña a amar la lectura. En mi época los padres eran más de echar a los niños a jugar al parque, lejos, para que no molestaran mucho. Los que leíamos éramos los "raritos". Más de un fin de semana me quedé sin salir porque estaba enganchada a algún libro, algo que era motivo de discusión con mis amigas. Aún hoy en día se desprecia al "empollón", al que siente una inclinación por el desarrollo intelectual. Además, la lectura no deja de ser un vicio caro. En Inglaterra, por ejemplo, puedes comprar libros de segunda mano por menos de cincuenta céntimos.
Contestando directamente a tu pregunta, la mayoría de los libros de literatura juvenil son importados, porque el tipo de literatura española que triunfa es muy diferente. Al igual que ocurre en las películas, las historias giran en torno al drama. Todo lo que se sale de estos parámetros no se considera buena literatura. Hay muchos prejuicios en torno a la literatura que, sin dejar de tener calidad, está enfocada al entretenimiento del lector. Hace poco alguien me dijo que no sabía si yo era una escritora o simplemente una contadora de historias, un claro ejemplo de que en este país no cuaja este tipo de literatura. Todavía me río. Creo que, intentando ponerme al mismo nivel de pedantería, respondí algo así: "en realidad yo soy una artesana de las palabras".